jueves, 14 de abril de 2011

Información sobre el Ahuehuete de Wikipedia


El ahuehuete, ciprés de Moctezuma o sabino, ( Taxodium mucronatum Ten.), es una especie típica de México, aunque también se le encuentra en zonas muy localizadas del sur de Texas y de Guatemala.[1] [2] [3]

En 1921 para celebrar el centenario de la independencia mexicana, fue seleccionado como árbol nacional, por su esplendor, belleza, longevidad, dimensiones colosales y tradición. Desde tiempos prehispánicos se le han atribuido cualidades sagradas y estos árboles han sido parte de leyendas y de la historia de diversas poblaciones y lugares.[2


Etimología

Su nombre proviene del náhuatl āhuēhuētl que significa "árbol viejo de agua", debido a que crece en lugares donde abunda el agua.
También es llamado penhamu en tarasco (Michoacán). De hecho los nombres de Pénjamo en Guanajuato y Penjamillo en Michoacán significan el lugar de los árboles ahuehuetes. Hay muchas otras comunidades que toman su nombre del árbol ahuehuete como Ahuehutitlán en Oaxaca, Ahuehutzingo en Puebla y Ahuehuetitla en Hidalgo, todas localidades de México.


Descripción y hábitat


Son árboles con fronda perenne[4] [3] y subperenne, con troncos de diámetros considerables entre 2 y 14 metros y alturas de hasta de 40 metros. Las hojas están ordenadas en espiral y yacen en dos filas horizontales superpuestas y son de uno a dos cm de largo de uno a dos mm de ancho. Las piñas son ovales de 1,5 a 2,5 cm de largo y de uno a dos cm de ancho.
Siempre tiene hojas, pues crecen hojas nuevas antes de que caigan las viejas.[3] Produce semillas todo el año, sobre todo entre agosto y noviembre.
Son árboles longevos. Uno de los más antiguos, el árbol del Tule en Oaxaca, se estima que tiene alrededor de 2,000 años de edad.
El origen de estos árboles se remonta a la Era Mesozoica, entre 100 a 200 millones de años, cuando las coníferas dominaban el paisaje y formaban impresionantes bosques primitivos.
A diferencia de otros cipreses que habitan zonas pantanosas, los ahuehuetes siempre habitan las orillas de los ríos, arroyos y riachuelos permanentes, donde la base de los árboles se encuentra sumergida la mayor parte del año. Normalmente se acumulan formando galerías de árboles. Viven principalmente a alturas entre 300 y 2500 metros, aunque a alturas mayores es menos abundante.[2] [1]


Ahuehuetes Famosos en México



Ahuehuete de la noche triste, pintura por José María Velasco


Muchos de estos árboles están protegidos como monumentos.
El llamado árbol del Tule -- ver más abajo
El árbol de la Noche triste bajo el que el conquistador español Hernán Cortés lloró la derrota de una batalla contra los aztecas y la pérdida de casi la mitad de su ejército. Todavía puede observarse este árbol en la calzada México-Tacuba, en la Ciudad de México
El Árbol Sagrado en Ocuilán de Arteaga, EdoMex, que recibe a los peregrinos que llegan al santuario de Chalma
Los bosquecillos de ahuehuetes plantados por Netzahualcoyotl en los alrededores de Texcoco, entre ellos el ahora Parque Los Ahuehuetes o Parque Nacional El Contador, al suroeste del pueblo de San Salvador Atenco, en el Estado de México (coordenadas 19°32'48.22"N, 98°55'27.80" W)
El Sabino de San Juan, con casi 4 metros de diámetro, 25 metros de alto y alrededor de 700 años. Está ubicado en Xochimilco, en la Ciudad de México
Los ahuehuetes sagrados del bosque de Chapultepec, en la Ciudad de México
Los ahuehuetes de Coyoacán
En el parque "Los Viveros"
En el Jardín Hidalgo -- retoños del de Santa María del Tule, traídos de Oaxaca
En el jardín de Frida Kahlo, cerca de "La Conchita"
El llamado "El Pino" en Valle de Bravo
Los ahuehuetes de "Casa de Campo" en Xalapa, Veracruz
El Árbol de Ahuhuete localizado en la localidad de Ahuhuetes del Municipio de Santiago Yaonáhuac, siendo este árbol representativo de dicha localidad y del municipio.
El ahuehuete ubicado en Teoloyucan sobre una de sus calles,crece con una altura y cirunferencia mayor a los de la zona y en su tronco tiene un altar
El Sabino Gordo, ubicado en la ciudad de Múzquiz, Coahuila en medio de una calle lo que lo a hecho muy popular en aquella ciudad del norte de México, un hotel lleva su nombre asi como varios establecimientos comerciales etc...
El Sabino Gordo, que se localiza en la hacienda Espíritu Santo, en General Terán, Nuevo León. Tiene un diámetro de 5.3 metros y una altura de 18 metros. Su edad se calcula en mil años.
Ahuehuetes en España
En los Jardines del Retiro, Madrid
En el Jardín del Príncipe de los Jardines de Aranjuez, Madrid


Aunque los mejores ejemplares de ahuehuete se encuentran en México, en España también hay ahuehuetes notables tanto por su belleza como por su tamaño. Se puede destacar un ejemplar que existe en el Jardín del Buen Retiro en Madrid, España, plantado probablemente en 1632, con un diámetro de 2 m y 30 m de alto. También hay algunos ejemplares importantes en el Jardín del Príncipe (Aranjuez), uno de ellos sobrepasa los 40 m de altura.
El árbol más grueso del mundo


Artículo principal: Árbol del Tule





Taxodium mucronatum, "árbol del Tule" en Santa María del Tule, Oaxaca, México


El ciprés mexicano llamado "El Gigante" o "El Árbol del Tule" está en el atrio de la iglesia de Santa María del Tule, Oaxaca, México y tiene el récord mundial de ser el árbol más grueso del planeta. Según datos de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (Sedue] tiene un diámetro de 14,05 metros, una altura de 41,85 metros y un peso de 636,107 toneladas. Su perímetro alcanza los 46 m.



Este ahuehuete está en competencia con las secuoyas (árbol gigante, Sequoiadendron giganteum ) de California, EUA que llegan a alcanzar cerca de 9 metros de diámetro en la base del tronco y más de 90 metros de altura, lo que los hace ser los árboles más voluminosos de la Tierra.


Usos


Además de su uso ornamental, tiene varios usos religiosos, ya sea en ritos tradicionales mexicanos o en procesiones y altares.[2]
En la herbolaria mexicana se usa su corteza, resina y hojas para tratar varias enfermedades, principalmente la corteza quemada, como astringente y cicatrizante y para sanar quemaduras y úlceras.


Su madera es suave y débil, así que no se usa para la construcción.[2]


Referencias

a b Sternberg, Guy; James Wesley Wilson (2004). Native Trees for North American Landscapes: From the Atlantic to the Rockies (en inglés). Timber Press, pp. 476. ISBN 0881926078, 9780881926071.
a b c d e «The IUCN Red List of Threatened Species(tm)» (en inglés). Consultado el 2 de febrero de 2009.
a b c Fralish, James Steven; Scott B. Franklin (2002). Taxonomy and Ecology of Woody Plants in North American Forests (en inglés). John Wiley and Sons, pp. 123. ISBN 0471161586, 9780471161585.
Tripp, Kim E.; J. C. Raulston (2001). The Year in Trees: Superb Woody Plants for Four-Season Gardens, 2 edición (en inglés), Timber Press, pp. 111. ISBN 0881925217, 9780881925210.
Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Taxodium mucronatum.Commons
SEMARNAT (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial y la última versión)


http://www.corredorturisticotexcoco.com/ecologia.htm SEMBLANZA DEL AHUEHUETE Y LEYENDA DEL AHUEHUETE ATENCO EDOMEX




2 comentarios:

  1. AHUEHUETE, “EL SARGENTO”

    “Tu caso, triste presagio, de la humanidad, . . . naufragio.”

    Arbol del gran Moctezuma,
    permite que te presuma,
    hacia arriba, dos vertientes,
    copa, ramas imponentes.

    Predilecto de natura,
    cuarenta metros de altura,
    quince de circunferencia,
    marcaste, así, diferencia.

    “Centinela” de las frondas,
    raíces profundas, hondas,
    del bosque todo un Señor,
    “Viejo de Agua”, el más mayor.

    Ahuehuete, “El Sargento”,
    hace tanto, tanto tiempo,
    te sembraron, ahuehuete,
    ¿lo añoras?, fuiste cadete.

    De tronco firme, muy regio,
    diste sombra a aquel colegio,
    al Colegio Militar,
    te mereces un altar.

    A las faldas del Castillo,
    te nutrió sol amarillo,
    fuiste nido de “aguiluchos”,
    te rociaron con cartuchos.

    Centuria mil ochocientos,
    como han soplado los vientos,
    soportaste las batallas,
    de aquellos “gringos”, canallas.

    Que invadieron vuestros pastos,
    que recuerdos tan nefastos,
    en tu cima de sabino,
    se escuchó el fragor de niños.

    ¡Niños Héroes, mi ahuehuete!
    muertos en cuarenta y siete,
    de la historia fiel testigo,
    ¡marchito, que cruel “castigo”!

    El Cerro del Chapulín,
    triste vio llegar tu fin,
    año del sesenta y nueve,
    siglo veinte, se conmueve.

    Secular, sacro ahuehuete,
    ¿por qué quedaste al garete?
    tus milenios se acabaron,
    ¿por qué, a ti, te abandonaron?

    La tragedia, así, se fragua,
    bien seco por “. . . falta de agua
    y contaminación . . .”, traspié,
    reza una placa a tu pie.

    Falta de agua, . . . qué ironía,
    ¿es qué, nadie lo sabía?,
    sed e infección, tu martirio,
    ¿qué pensaría Don Porfirio?

    De la polución y ozono,
    que funesto desazono,
    tú no tienes sustituto,
    Chapultepec . . . negro luto.

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    México, D. F., a 13 de septiembre del 2015
    Reg. SEP Indautor No. 03-2016-070109301200-14
    Dedicado a mi hermano, el Sr. General de Brigada e Ing. Constructor (en retiro), Adrián Ramos Aranda.

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  2. AHUEHUETE, “EL SARGENTO”

    “Tu caso, triste presagio, de la humanidad, . . . naufragio.”

    Arbol del gran Moctezuma,
    permite que te presuma,
    hacia arriba, dos vertientes,
    copa, ramas imponentes.

    Predilecto de natura,
    cuarenta metros de altura,
    quince de circunferencia,
    marcaste, así, diferencia.

    “Centinela” de las frondas,
    raíces profundas, hondas,
    del bosque todo un Señor,
    “Viejo de Agua”, el más mayor.

    Ahuehuete, “El Sargento”,
    hace tanto, tanto tiempo,
    te sembraron, ahuehuete,
    ¿lo añoras?, fuiste cadete.

    De tronco firme, muy regio,
    diste sombra a aquel colegio,
    al Colegio Militar,
    te mereces un altar.

    A las faldas del Castillo,
    te nutrió sol amarillo,
    fuiste nido de “aguiluchos”,
    te rociaron con cartuchos.

    Centuria mil ochocientos,
    como han soplado los vientos,
    soportaste las batallas,
    de aquellos “gringos”, canallas.

    Que invadieron vuestros pastos,
    que recuerdos tan nefastos,
    en tu cima de sabino,
    se escuchó el fragor de niños.

    ¡Niños Héroes, mi ahuehuete!
    muertos en cuarenta y siete,
    de la historia fiel testigo,
    ¡marchito, que cruel “castigo”!

    El Cerro del Chapulín,
    triste vio llegar tu fin,
    año del sesenta y nueve,
    siglo veinte, se conmueve.

    Secular, sacro ahuehuete,
    ¿por qué quedaste al garete?
    tus milenios se acabaron,
    ¿por qué, a ti, te abandonaron?

    La tragedia, así, se fragua,
    bien seco por “. . . falta de agua
    y contaminación . . .”, traspié,
    reza una placa a tu pie.

    Falta de agua, . . . qué ironía,
    ¿es qué, nadie lo sabía?,
    sed e infección, tu martirio,
    ¿qué pensaría Don Porfirio?

    De la polución y ozono,
    que funesto desazono,
    tú no tienes sustituto,
    Chapultepec . . . negro luto.

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    México, D. F., a 13 de septiembre del 2015
    Reg. SEP Indautor No. 03-2016-070109301200-14
    Dedicado a mi hermano, el Sr. General de Brigada e Ing. Constructor (en retiro), Adrián Ramos Aranda.

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